Una boda DiY: La boda de Marina y Jesus

¡¡Año nuevo, sección nueva!! 

Hoy estrenamos una sección bastante demandada por vosotros en la encuesta que os hice, Historia de otras bodas DiY, y para estrenarla, os traigo una boda que desde que la ví me encantó, la boda de Jesús y Marina.

A Marina la conocí en el evento Mi boda Rocks Experience, ella también escribe su blog, Tormenta de arroz, y hasta ese dia, poco sabía de ella y su boda. Poco a poco fui leyendo más sobre sus detalles y cuanto más leia más me gustaba,  asi que le propuse compartir en mi blog todos los detalles de su boda DiY, porque sinceramente, mi boda al lado de la suya poco tiene de especial. Asi que sin más rodeo, os dejo con la crónica de los detalles DiY de su boda:

Soy Marina y el pasado 1 de junio, Jesús y yo nos casamos en Finca la Montaña en Aranjuez, rodeados de la gente que más queríamos y que hicieron de ese día algo increíblemente especial.

Desde el primer momento tuvimos muy claro que buscábamos una ceremonia diferente y sobre todo intentar ofrecer a nuestros invitados un evento lo más cuidado posible. Pero evidentemente cada detalle que añades supone un nuevo esfuerzo económico y, como suele pasar, nuestras posibilidades eran limitadas.

Por eso nuestra primera decisión fue invertir la mayor parte del esfuerzo económico en la finca: con una estética muy cuidada y exacta a la idea que teníamos, buena comida en cuanto a calidad y cantidad y por supuesto una barra libre lo más completa posible. A partir de ahí el resto de detalles que añadieron originalidad o personalizaron nuestra boda fueron fruto de nuestro esfuerzo personal y trabajo principalmente.

Y es sobre esos detalles más DIY o simplemente diferentes, sobre los que voy a centrar este relato de nuestra boda porque ¡no hay otro blog más adecuado para eso que el de Inma!

En nuestra boda no hubo una temática en sí como puedan ser los viajes, el cine, la naturaleza… pero sí quisimos que todo tuviera una armonía basada en la personalización y en transmitir mensajes directos a los invitados.

Así, comenzamos encargando a Efecerosiete unas invitaciones que se distinguían por tener 14 versiones diferentes, ya que uno de sus componentes era una fotografía de nuestro reportaje preboda que variaba. Intentamos adaptar la invitación que elegíamos para cada invitado en base a su forma de ser, aficiones… De esa forma los deportistas tenían un collage con varias fotos nuestras vestidos de futbolista o runner, las parejas se llevaron las fotos más románticas, y las versiones más “payasas” se las dimos a gente que consideramos que la recibirían con la mayor de las sonrisas.

invitaciones1

Todas incluían una lista de palabras que hacían referencia a nuestra historia juntos pero también a cosas que habíamos compartido con los invitados, continuando con esa intención de conectar personalmente con quien la iba a recibir.

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Por último el montaje lo hicimos nosotros a mano con la ayuda de un sello personalizado, una troqueladora con la que hicimos etiquetas en color kraft, un rollo de Baker’s Twine y unas pegatinas que encargamos con el logo de nuestra boda para cerrar los sobres.

Otro de los detalles que me propuse hacer siguiendo un tutorial de Danae de MissMrs fue el confeti para la ceremonia.

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Es un DIY muy sencillo que queda muy chulo, basado en llenar bolsas de papel con trocitos de papel de seda. El principal problema que nos encontramos tuvo su origen en el color que elegimos como símbolo de nuestra boda y que se basó en mis zapatos: el azul aguamarina (un tono concreto que en ciertos sitios consideran turquesa).

zapatos

Y es que os podéis imaginar que una tonalidad con muchos matices, en la que ni se ponen de acuerdo para nombrar, supone un inconveniente a la hora de comprar por internet sin poder ver el color físicamente. Las bolsas de papel no fueron problema y las encontramos del color exacto de mis zapatos. La cosa fue que, por más que busqué, no encontré papel de seda de ese tono y al final tuve que comprarlo hecho a una tienda de pompones de papel que no mencionaré porque me lo enviaron a tres días de la boda.  El resto lo hice yo siguiendo el DIY mencionado en blanco y amarillo, ya que eran los colores secundarios del evento. Para cerrar los sobres utilicé las mismas pegatinas con las que cerramos los sobres de las invitaciones.

confeti

Como comentaba nuestra finca era preciosa (qué voy a decir yo), la ceremonia se celebró en una zona del jardín presidida por un cenador cubierto de vegetación y en el que se ubicaba la mesa del oficiante, con un centro de flores en blanco y amarillo (que nos proporcionaba la finca), nosotros dos con nuestros padres y algunos invitados. De él salían el resto de sillas en las que se colocaron los demás familiares y amigos. Barajamos la posibilidad de decorar ese camino a nuestro altar con más flores, pero dudábamos que realmente fuera necesario teniendo en cuenta que la finca estaba suficientemente provista de plantas y flores naturales.

Evidentemente mal no hubiera quedado, pero como sabréis las decoraciones florales son muy caras. Y entonces pensé ¿que por qué no decorar las sillas con pompones de papel que, además, podían ser del color de la boda, el de mis zapatos?. Aunque es algo que puede hacerse fácilmente a mano, volvía a tener el mismo problema con el color del papel de seda y además me dio miedo que con tantos DIY no me diera tiempo a todo. Así que los encargué a la tienda especializada pero muy poco profesional, junto con nuestras iniciales hechas en el mismo color y con pequeños pompones. Creo que el resultado fue genial y nos supuso un ahorro increíble de dinero.

decoracionceremonia

Y para nosotros, como para cualquier pareja de novios, la ceremonia era muy especial. Era civil y tuvimos muy claro desde el principio que no queríamos nada impersonal o que sonara a religioso o a místico porque no pegaba con nuestra personalidad ni creencias. Así que, en primer lugar, revisamos los textos del oficiante y se los reescribimos, de forma que hablasen de nosotros y nuestra vida. También escribimos nuestros propios votos para el momento de intercambiar los anillos.

ceremonia2

Pero el punto fuerte y diferente fue que decidimos introducir dos momentos «musical» interrumpiendo dos de las intervenciones del oficiante y con la imprescindible ayuda de varios de nuestros familiares y amigos.

Habíamos contratado al grupo Charly & The Coconuts, que tocaban versiones de grandes temas de pop-rock nacional e internacional, para que amenizaran el cóctel y decidimos que interpretasen también mi canción de entrada y los temas «Bienvenidos» de Miguel Ríos y «Dime que me quieres» de Tequila, con una letra que les pasamos adaptada y basada en nuestra boda y nuestra vida.

grupo musica

A la par que sonaban las canciones, los invitados que nos ayudaron se levantaban, hacían los coros y bailaban, todo ello con gafas, boas de plumas y gorros que les habíamos preparado en sus asientos reservados y que luego fueron parte de nuestro photocall (¡ahorro máximo!)

Como decía el cóctel lo amenizamos con música en directo y, aunque al principio teníamos miedo de que la música pudiera «molestar» un poco a esa hora, para hablar en el cóctel y eso, a la gente le encantó y ¡parecía aquello la barra libre! Un acierto total.

Grandes temas de The Beatles, The Rolling Stones, Oasis, Franz Ferdinand, Miguel Ríos, Lemonheads… Fue algo que no habíamos presupuestado ni previsto en un principio, pero un día saliendo por Madrid les oímos tocar en un local y ¡nos encantó! Pudimos disfrutar de un tipo de música que nos encantaba a nosotros y a muchos familiares y amigos y que quizá en la barra libre hubiera pegado mucho menos.

Otra de las cosas chulas que preparamos fueron los meseros y el seating plan.

Jesús y yo hemos vivido en Almería, Canarias y Mallorca, además de ir cada año a la costa (principalmente Galicia), así que nos apetecía que las mesas llevaran los nombres de nuestras playas favoritas. Pero para darle nuevamente un toque personal e implicar de alguna forma a nuestros invitados, se nos ocurrió que los meseros podían ser dobles. Elegimos unos sencillos marcos de metacrilato horizontales en los que colocamos dos fotos: una primera de la playa en cuestión, que fue retocada y decorada con el nombre de la playa en la misma tipografía que las invitaciones por Efecerosiete, y otra en la que Jesús y yo posamos con el atrezzo que habíamos comprado para el photocall y dos pizarras en las que pusimos mensajes pensados para las personas que se sentarían en esa mesa.

En cuando al seating plan es la espinita que se nos quedó clavada. Albert de Efecerosiete nos diseñó un mapa chulísimo de España en el que aparecían algunos monumentos clave en ciudades importantes para nosotros y en los que se marcaban las playas que daban nombre a las mesas, saliendo de cada una los nombres que las ocuparían.

Mi padre nos hizo un caballete casero para sostenerla y compramos dos placas de poliestireno machihembradas que recortamos a la medida buscada. El problema fue cómo decidimos imprimirlo: elegimos la opción pegatina de tipo vinilo que fue bastante cara y después de TRES HORAS (literalmente) pegándola según las instrucciones y milímetro a milímetro, fue imposible evitar las burbujas y arrugas. Nos sentimos fatal por deslucir el trabajo tan chulo de Albert, pero nos enseñó que ¡no todo puede ser perfecto! Como consejo a futuras parejas pensad que el seating plan es algo que forzosamente se imprime al final porque no sabes la distribución de invitados hasta entonces, así que por eso hay que pensar muy bien posibles fallos y cómo solventarlos.

seating plan David Naval

También decidimos que nuestro brindis reflejara nuestra personalidad y gustos y por eso, por raro que suene, brindamos con un botellín de Mahou (Jesús) y con una botella de sidra El Gaitero (yo me pasé bastantes años haciendo botellón con sidra mientras mis amigos le daban a las copas y además la mitad de mi familia es asturiana).

brindis

Otro punto fuerte de las manualidades que elaboramos para la boda fueron los detalles que regalamos a los invitados, que yo hice de forma completamente artesanal.

Para las chicas preparé jabones artesanales con aceites de oliva, coco, palma, aguacate y almendra y aceites esenciales de chocolate, naranja dulce y litsea cubeba, con una receta que podéis encontrar en mi blog. El packaging lo preparé encargando unas pegatinas diseñadas por Albert de Efecerosiete, papel de arroz en color azul turquesa y cinta de raso blanca.

jabon2

Para los chicos el regalo fue un bote de mermelada de fresa casera, que elaboré siguiendo la receta de la madre de Jesús que me vuelve loca desde que la probé por primera vez y que también dejé en el blog. Luego la envasé en tarros de 212 ml que encargué por Internet y les añadí otra pegatina personalizada y tela de cuadros roja y blanca para la tapa que fijé con más Baker’s Twine.

mermelada2

Además de repartir los regalos, entregamos bolsas de papel en color kraft o blanco con nuestro sello estampado, para que la gente guardase los regalitos más cómodamente. Para transportar todo y entregarlo compré unas cestas en el color azul de la boda en Tiger.

También preparamos unos kits de emergencia para los invitados e invitadas en cestas del mismo azul que decoraba todo la boda. En los kit había de todo: tiritas, medias, set de costura, desodorante, colonia, horquillas, compeed, laca, gomina, kleenex, quitamanchas, colutorio, analgésicos, chicles, peine, cepillo, tampones, salvaslip, crema de manos, gomas del pelo, toallitas desmaquillantes, laca de uñas transparente y ¡hasta preservativos! Eso sí, la gente no deja ni los restos, algo bastante frecuente y que me sigue sorprendiendo.

kit invitadas

Nuestro libro de firmas fue de las primeras cosas que decidimos: imprimimos fotos nuestras con cada uno de los invitados, las colocamos sobre un corcho con rotuladores indelebles y claras instrucciones para que los invitados nos las fueran dedicando por detrás. Es un bonito recuerdo con el que hacer un álbum que guardaremos para siempre, aunque también tengo que decir que hubo varios despistados que ni lo vieron ¡y era bien grande!

licrodefirmas

Y llegó la barra libre ¡el mejor momento de la noche! Fue genial porque acabamos a las 6 de la mañana (gracias a que la finca nos alargó todo el evento una hora más, todo sea dicho). Nosotros decidimos darle al DJ una lista cerrada de canciones, porque tenemos gustos bastante particulares y sobre todo cosas que no nos gustan nada que suelen escucharse en bodas. Le dimos canciones de sobra clasificadas en cuatro grupos dependiendo del momento de la barra libre y marcamos aquellos temas imprescindibles (aunque debo decir que hizo un poco lo que le dio la gana y tuvimos que ponernos serios).

Para amenizar todo este rato pusimos una barra con varias ginebras y tónicas Premium (además de las bebidas normales) y también varias horas de una barra de coctelería. Fue una forma de mimar un poco más a los invitados y, como ya decía al principio, en esta clase de cosas fue donde echamos el resto. También hubo barra libre de chuches y recena de empanada y mini-sandwiches.

barra chuches

Y por supuesto no podía faltar el photocall. El fondo era una tela gruesa lo más parecido que encontramos (de ese grosor) al color de la boda y que nos proporción Efecerosiete. Usamos el atrezzo que llevaron los invitados en el momento musical de la ceremonia junto con otras cosillas que habíamos comprado. También usamos nuestras iniciales de pompones de papel y lo colocamos todo en una maleta vintage que compré de segunda mano por veinte eurillos. Pero el triunfador del photocall fue un marco de corcho blanco que hicimos la última semana (porque a mi señor marido se le encaprichó a última hora todo hay que decirlo) que hacía las veces de borde de una foto polaroid gigante. La idea la vio Jesús en Internet y hay empresas que los venden hechos y son chulísimos, pero también bastante caros. Les añadimos nuestros nombres y la fecha de la boda en la parte inferior del marco, hecho con cartulina negra. Yo no quería ponerlo porque como lo hicimos muy rápido me parecía que igual quedaba cutre (obsesiones de novia a punto de casarse), pero tengo que decir que encantó a los invitados.

Y llegó el autobús, se nos llevó a todos y acabó el que de momento es el día más especial y divertido de nuestras vidas.

Algunas fotos más de ese dia tan especial.

Horas previas de Jesús

Los preparativos de Marina

Sesión en pareja

Otros momentos durante la cena

Imágenes de David Naval y Yasmina Barbero para Efecerosiete

¿Que os ha parecido esta boda? Yo no se a vosotros, pero a mi ¡¡me encanta!!

Si quereis conocer más detalles sobre la boda de Marina y Jesús, no dejeis de visitar el blog de Marina, Tormenta de Arroz, encontrareis todos los detalles.

Si quieres que tu boda también aparezca en mi blog, solo tienes que enviarme un correo a bodadiy@gmail.com

9 comentarios en “Una boda DiY: La boda de Marina y Jesus

  1. Me encanta la idea del jabón, yo tb pedí presupuesto en olivia soaps, pero se me escapa un poco…había barajado la idea de hacerlo, pero me parecía muy complicado…aunque viendo lo bien q te ha quedado, merece la pena intentarlo!!!podrías decirme que cantidad de aceite esencial le echas al final???te lo agradezco por adelantado!!!
    Tu boda ha sido preciosa!!enhorabuena!!

    • Hola Paula! Muchas gracias por tu comentario, me alegro de que te haya gustado el post! A mí me pasó como a ti con Olivia Soaps, por eso me atreví a hacerlo. Yo leí que no debía haber más de un 4% de aceites esenciales con respecto al resto de aceites, así que de ahí para abajo. Es importante que los hagas como mucho 2 meses antes de la boda porque algunos como los cítricos son muy volátiles y ya no olerá mucho cuando los des si los haces pronto. de Todas formas si me escribes a tormentadearroz@gmail.com te paso más información que puede ayudarte si te animas a probar a hacerlos. Te adelanto que la página web mendrulandia es muy útil y tiene mucha información. Si te metes en el post en el que explico como hice los jabones también encontrarás la receta completa que usé (quizá ya lo has visto).

      Por mi parte animarte a hacerlo, ¡luego acabas muy satisfecha!

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