La boda DiY de Mari Carmen y Juan

LUNES… que nos gusta un lunes ¿eh? hoy para hacerlo un poco más especial, os traigo una nueva boda DiY, en este caso la boda de Mari Carmen y Juan.

A Mari Carmen puede que algunos de vosotros la conozcáis, ya que es la creadora del blog Por ti me casaré, un blog de bodas lleno de ideas e inspiración para el gran día. Os recomiendo que os paséis a leerla y descubráis los DiY que comparte.

Y sin más, aqui os dejo con la crónica de Mari Carmen sobre los detalles DiY de su boda, espero que os guste.

Boda Mari Carmen y Juan

Me llamo Mari Carmen y Juan y yo nos dimos el “sí, quiero” en El Celler de Can Torrens en Sant Fost de Campsentelles, un pueblo situado muy cerca de Barcelona, el pasado 9 de Marzo de 2013. Elegimos esta fecha para casarnos porque ese día es nuestro aniversario de novios y queríamos que fuese la fecha más especial de nuestra vidas.

Elegimos Can Torrens por ser un lugar mágico: una masía típica catalana situada en la montaña, alejada de la urbe pero cerca de Barcelona, con unos jardines preciosos dónde poder celebrar nuestra ceremonia civil al aire libre y una reconocida cocina propia.

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Tardamos casi un año y medio en preparar nuestra boda y renunciamos a muchas otras cosas con el único deseo de celebrar una boda repleta de detalles que la hiciesen diferente y en la que nuestros invitados pudiesen sentir lo especiales e importantes que son para nosotros.

Aunque nuestra boda no tuvo una temática concreta, si hubo un detalle que quisimos destacar: La Torre Eiffel de París. Y es que allí Juan me pidió matrimonio, se arrodilló frente a la Torre Eiffel, con el Sena como testigo, y en el puente de Iena me dijo lo más bonito que me ha dicho jamás: “Aunque no haya cambiado de opinión, aunque sé que ya no puedo quererte más, quiero que seas feliz así que, ¿quieres casarte conmigo?” (no se me olvidan sus palabras).

Así que el primer detalle en el que nuestros invitados pudieron ver la Torre Eiffel fue en nuestra invitación de boda. La diseñamos nosotros mismos. Fue una invitación muy sencilla, muy fiel a nuestro estilo. La hicimos en cartulina morada, dónde en la parte delantera pegamos una foto en blanco y negro de nuestro preboda y en la parte trasera incluimos un texto divertido. Añadimos también pequeños detalles como el trébol y los brillantes.

Aunque fui una novia con un look bastante clásico, no pude resistirme a personalizar mis zapatos y como soy una gran amante de las perlas, decidí grabar nuestras iniciales con perlas en mis zapatos.

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Tampoco pude resistirme a cumplir con la tradición anglosajona de tener damas de honor y aunque no les impuse que fuesen vestidas del mismo color si les hice llegar una invitación hecha a mano a cada una y les pedí que me acompañaran mientras el padrino recitaba el poema (en Cataluña el mejor amigo del novio regala el ramo a la novia mientras le recita un poema) con la excusa de entregarles un corsage en seda que imitaba a las orquídeas blancas que llevé en mi ramo y tocado. Este corsage me ayudó a prepararlo una buena compañera de trabajo.

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No quisimos decorar demasiado nuestra ceremonia ya que el sitio dónde la celebramos estaba situado en un entorno tan bonito que no queríamos robarle protagonismo.

Para la ceremonia sólo preparamos bolsitas de arroz y lavanda que colocamos a la salida en un baúl de París acompañado de un cartelito cuyo logo era un corazón en tonos morados con nuestras iniciales y que sería el mismo que usaríamos para los detalles de los invitados y el resto de cartelitos de la boda.

La ceremonia fue muy sencilla pero, sobre todo, tal y como queríamos, muy personal. Hubieron momentos emotivos, divertidos y especiales. Los más significativos fueron: el momento en que vi a mi marido en el altar, el discurso de mi amiga Elena y el momento en que nuestro sobrino, de tan solo un año y medio, nos trajo las alianzas.

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Aunque nuestro porta alianzas fue un regalo, un bastidor de El Taller de Inés, tampoco faltó la Torre Eiffel.

El seating plan también lo preparamos nosotros y fue un éxito. Cómo nos casamos en una bodega, lo hicimos con tapones de botellas de vino. Atamos dos tapones y metimos en medio una tarjeta con el nombre de cada invitado y la mesa que le correspondía. En la esquina superior izquierda pusimos un sello de París. A los invitados les gustó tanto que la mayoría aún lo conservan de recuerdo.

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En el aperitivo hubieron otros detalles muy cuidados, como el buffet de quesos que preparó el Restaurante con cata de vino incluida y el rincón de firmas que preparamos en el que no faltaron detalles: velas, carteles en madera y la imagen de la Torre Eiffel. Aunque al principio quería preparar un bote de los deseos en el que los invitados nos dejaran una dedicatoria, finalmente, cuándo vi el libro de firmas de París en Cosas de la Abuela, aposté por encargarlo.

En la mesa nupcial, colocamos en el centro de flores, la palabra Love que yo misma decoré con papel decoupage de París.

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En las mesas fuimos dejando los detalles para los invitados. También los elaboramos nosotros y cómo no quisimos hacer distinciones entre hombres y mujeres, como los dos somos unos fanáticos del chocolate, regalamos botes individuales con chocolate blanco y negro para nuestros invitados. Los botes de las mujeres los personalizamos con una mariposa en la tapa y en ambos incluimos una etiqueta en forma de bote que contenía un corazón en tonos morados que incluía nuestras iniciales.

En las mesas de los invitados, colocamos varios regalos para personas concretas que personalizamos con el mismo packaging. Para elaborarlo usamos papel y tags en craft, un sello que ponía “Hoy es un día especial” y flores en tonos morados.

Pusimos cámaras desechables para que nuestros invitados pudieran usarlas durante el banquete. El packaging fue el mismo que el de los regalos personalizados pero en lugar de usar el sello “Hoy es un día especial” pusimos una etiqueta con el número de la mesa y un sello de París.

Además, el restaurante nos ayudó con otras sorpresas que no pasaron desapercibidas, como el aperitivo que prepararon especialmente para los niños, la minuta en chocolate de los adultos, la piruleta para los niños y el espectáculo de acróbatas que nos regalaron antes del pastel.

Y después de la entrega de regalos, el ramo y la liga, llegó el baile. Para amenizarlo, además de la barra libre, el Restaurante puso un resopón salado a base de embutidos típicos de Cataluña y nosotros preparamos un sencillo photocall para que nuestros invitados se hiciesen fotos divertidas.

El fondo era una tela que compramos en Ikea y colocamos atrezzo que compramos en Oh! Photocall y las tiendas Party en un baúl, además de pizarras pequeñas para que nuestros invitados pudieran dejarnos mensajes. Tengo que decir que, aunque a mi marido no le hacía ninguna gracia ponerlo, a nuestros invitados les encantó, tanto que hubo un momento que la pista de baile prácticamente estaba vacía.

Y asi fué como Mari Carmen y Juan vivieron el dia más feliz de sus vidas, ¿Que os ha parecido? Si quereis conocer más detalles de su boda, no dejeis de visitar el blog de Mari Carmen, Por ti me casaré.

Muy pronto, tendremos una nueva boda DiY.

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