Lanzando deseos al aire

Cuando preguntamos a nuestros invitados, después de la boda, lo que más les gustó y sorprendió, la mayoría coinciden en que fue la suelta de farolillos.

Pues ahí donde lo veis, tiene historia.

Había cosas que a Alex y a mi hacia tiempo que nos hacia ilusión hacer en nuestra boda, y esta era una de ellas. Siempre había visto en la tele la gente lanzándolo, sobre todo en la playa las noches de San Juan, y me encantaba.

Pensamos que sería la sorpresa de la boda, no se lo contaríamos a nadie, y eso incluía su madre y mi madre.

Un día en casa haciendo manualidades con mi madre, me dijo todo entusiasmada que ya tenia pensada la sorpresa que nos daría, que no nos lo podíamos imaginar. En ese momento no se por qué, sentí que ambas teníamos la misma sorpresa guardada.

Según mi madre, y es cierto, darme una sorpresa es casi misión imposible, porque quiera o no quiera al final lo descubro antes de tiempo.

Así que tenía dos opciones, o callarme y que ese dia nos presentaramos allí con más farolillos que invitados, o romper nuestra regla de no contarlo a nadie y preguntarle si era eso.

 

Fue tan fácil como preguntarle si la sorpresa estaba relacionada con fuego y deseos. Os podéis imaginar la cara que se le quedó. Estaba tan convencida de que era la mejor sorpresa que nos podía dar, que no se le pasó por la mente que a nosotros se nos ocurriera. Aún me da pena cuando me acuerdo la cara que se le quedó, pobre…

Finalmente quedamos en que ella buscaría otra sorpresa para darnos y nosotros nos encargábamos de sorprender al resto con los farolillos.

Dos meses antes de la boda, la abuela de Alex falleció, pero antes de hacerlo nos había dejado su regalo. El padre nos pidió que ese dinero no quedara en simplemente más dinero, sino que comprásemos algo, de manera que siempre supiésemos que eso era de ella.

Así que finalmente, los farolillos fueron el regalo que la abuela Julia nos hizo por nuestra boda. Nos parecía algo bastante simbólico y bonito.

El día de la boda, justo antes de lanzarlos, le dijimos al padre de Alex que aquel era el regalo de la abuela Julia.

Historia a parte, el momento fue genial.

Acababa de terminar la hora del aperitivo, y justo cuando todos pensaban en que ya nos íbamos para dentro a cenar, pedimos a los invitados que nos siguieran. Recuerdo mi primo pequeño decir: «¿Que pasa? ¿Que nos vais a llevar a cenar al McAuto?»

Pedimos a los invitados que se dispersaran por la zona, y fuimos repartiendo los farolillos a la vez que explicando como lanzarlos.

Lo que más disfruté fue el ver a todos riéndose y pasárselo en grande mientras intentaban que su farolillo volara. La verdad es que fue un momento bastante bonito y divertido, no solo para nosotros, sino para todos.

Además que nos quedaron unas fotos geniales!

En este post os cuento los puntos a tener en cuenta a la hora de lanzar farolillos en vuestra boda.

4 comentarios en “Lanzando deseos al aire

  1. Lo de los farolillos es precioso y me encantaría hacerlo también pero a mí me preocupa una cosa: ¿son contaminantes o biodegrabables? Es que me caso muy cerquita de un parque protegido y no me gustaría dañar el ambiente. Si supieras la respuesta me vendría genial.
    Gracias, Lidia.

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